La fisioterapia en el deporte es la realización de la
fisioterapia convencional para la recuperación y prevención de lesiones,
aplicada a las que surgen de la práctica deportiva que se realiza como ocio o
de forma profesional.
Esto último es lo que la hace diferente de la fisioterapia
convencional, ya que se debe tener especial interés por el tipo de gestos
técnicos que realiza el deportista, según la disciplina deportiva en la que nos
encontremos. Así, la fisioterapia en el deporte que debemos realizar debe ir
encaminada en las siguientes parcelas:
PREVENCIÓN: debemos colaborar estrechamente con el
entrenador, preparador físico, médico, psicólogo (si lo hay), nutricionista (si
lo hay), para desarrollar una fórmula de trabajo que consiga que el deportista
realice su práctica con el menor riesgo posible, en las medidas de intensidad y
frecuencia óptimas, en un ambiente distendido y de concentración equilibrado,
con aportes nutricionales necesarios y, una dieta que se ajuste a las
necesidades según, los momentos del deportista y de la temporada en los que
este se encuentre y, con los cuidados deportivos necesarios, en cuanto a la
capacidades musculares: excitabilidad, elasticidad, contractilidad y tonicidad,
se refiere, las cuales deben ser controladas diariamente por los
fisioterapeutas, para conseguir evitar cualquier aparición de lesión.
En esta fase se encuentran todos los deportistas.
TRATAMIENTO: los fisioterapeutas en el deporte realizan una
labor terapéutica con los medios físicos obtenidos de la fisioterapia
convencional y, además, se utilizan otras alternativas terapéuticas como son la
osteopatía, Reeducación Postural Global o Stretching Global Activo, Punción
Seca, Drenaje Linfático Manual (ejemplo: esguince de tobillo con inflamación
severa), Liberación miofascial, Movilización Neuromeníngea, etc., todas ellas para
que la recuperación de las lesiones sean lo más pronto posible y así el
deportistas esté disponible al comienzo de la actividad física. En esta fase se
encuentra todo aquel deportista que no tiene permitido la realización de
cualquier tipo de actividad física, por la gravedad de su lesión y la necesidad
del reposo como elemento activo terapéutico.
RECUPERACIÓN DEPORTIVA: es importante que el deportista esté
disponible para la realización de actividad física y deportiva en el menor
tiempo posible ya que, de esta forma, conseguiremos evitar: atrofias
musculares, déficits circulatorios, desequilibrios posturales, decaimientos
personales por la inactividad, Asimismo conseguiremos una funcionalidad
temprana de la región lesionada y del deportista en general. En esta fase el
fisioterapeuta deportivo realizará una especial colaboración con el entrenador
y/o preparador físico, ya que el deportista deberá comenzar la realización de
una actividad física regulada por estos profesionales, sin el perjuicio de la recuperación
de su lesión.
En el final de esta fase y cuando el médico y el
fisioterapeuta deportivo consideren oportuno darle el alta al deportista sin
riesgo de recaída o de nueva lesión, se procederá a la realización de un
entrenamiento adaptado específico, donde el fisioterapeuta debe controlar
posibles sobrecargas o sobreesfuerzos que resulten de este trabajo.
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