Para llevar a cabo la relajación muscular progresiva es
necesario en primer lugar sentarse en una silla cómoda o en un sillón, ya que
lo ideal es dejar los brazos reposados sobre una superficie paralela al suelo.
Otra opción es recostarse en una cama, siempre que ofrezca mayor comodidad que
la silla. Las piernas, por su parte, no deben estar cruzadas. La vestimenta
también es importante, ya que no se aconseja dejarse el calzado puesto ni usar
ropa ajustada.
Una vez ubicados en la postura deseada, el primer paso es
respirar profundamente un par de veces. Seguidamente, se comienza con una serie
de ejercicios bien definidos para tensar y relajar grupos musculares
específicos, para poco a poco tomar el control de cada zona y conseguir
relajarla voluntariamente.
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